PIRINEUS
- mirandaraziel
- Oct 16, 2023
- 2 min read
Updated: Nov 5, 2023
Vértebras del cielo
Silencio casi absoluto
Solo se oye el murmullo de las olas
En el lago eterno del techo del mundo.
No hay nada, salvo piedras desordenadas
Rocas que hacen un camino
Hacia la cumbre de la montaña.
Con aristas rugosas, amenazantes por su altura
desafían a los cielos azules
pero son cortados por el viento
que les esculpe en diagonales y precipicios.
Arriba del mundo estoy, recibiendo los últimos rayos dorados.
Una lucha constante entre el calor del cielo y el frio de la tierra.
Tengo mojados los huesos
una medula geológica, me alza
por encima de todos los valles.
Sin embargo, estas vértebras gigantes de roca
se alzan aún más, pisándome con sus talones en este lago,
convirtiéndome en un grano de arena
hoja de arbusto seco y gota del sudor de las piedras.
Vértebras de 3 mil metros de altura
testigos del tiempo casi absoluto
saturadas por la cronología aún más infinita
de un mundo que se levanta
como papel arrugado
imponente sobre todas las sombras
primeros creadores de la intemperie y el desasosiego.

Estratosfera
Un par de águilas
Enreda con un hilo invisible alrededor de la montaña
Danza rapaz solitaria
Ni siquiera los que suben la cumbre la ven
Movimiento sin espectadores
Ritual de amor anónimo
Alas que costuran el viento en zig zags
Trayectorias circulares
Todo está estático, el tiempo
El agua se detiene
El susurro del viento cesa
Todo desaparece
Hasta que…
Un Boeing 747 comercial
corta con su ruido estratosférico
la conversación entre mi pluma y la geología.
Velocidad crucero para los pasajeros
desaceleración supersónica para quien está
en la soledad de un valle pirinaico.

Impase
No ha pasado nadie en estos senderos
Hace muchos minutos
Mis manos se están quedando heladas
El sol cada vez calienta menos.
Subí decidido a acercarme al firmamento
a hablar con los dioses
a convertirme en estatua de piedra
por una eternidad de unas horas
…
Sabía que no llegaría a la cumbre, a los cien años,
puedes llamarme cobarde
pero hace 20 minutos, tendido en el suelo
por cansancio
pensé, entre lágrimas,
a las montañas hay que tenerles mucho respeto y cariño
así como a la mar.
Quería sobrepasar mis límites,
pero sabía que no me coronaría arriba
He fracasado.
Ei me aquí, en este lago azul y helado,
me planto.
¿Acaso no es este el resumen de la vida?
¿Un esfuerzo constante cuesta arriba?
Un esfuerzo infinito e ilusión de superarse.
Pero la vida siempre se impone por su propio peso,
es siempre una causa perdida,
un impase metafísico constante
con fecha de caducidad no conocida;
una caída cuesta abajo.
Deseadme suerte en la caminata descendente…
llena de rocas.

Tres caminantes
Hay momentos en que las sociedades
se disuelven.
El conejo tomó la delantera
en afán de hacer cumbre.
¿Carrera consigo mismo o huida de algo?
Tal vez.
Atrás se quedó la tortuga
dispuesta a hacer sociedad con el roedor
alinear los planetas en su marcha celeste e ininterrumpida.
¿Necesidad de tenerlo todo bajo su ritmo o de previsión?
Tal vez.
Aquí me quedé yo.
En un valle profundo
Contenedor de las esperanzas de la montaña
Receptor de las lágrimas del cielo
Formador de la fertilidad de la tierra
Vertedor de mis versos sin alabanzas.
¿Síndrome de describir lo invisible
o necesidad de palpar lo imperceptible?
Por supuesto que sí.





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