MEDITACIONES INTEMPESTIVAS

Tres actos y una interrupción: Edificio, Cielo, Sur

Edificio

Cuando tocas las paredes, atraviesas pasillos, te sientas en el comedor, en el silencio…

Te ves en otros momentos del pasado, haciendo las mismas cosas, conjurando memorias que se realizan en el momento que las invocas.

Es como que ellas buscan una repetición en el futuro, buscan una mímesis que se va a realizar, profecía cotidiana autocumplida.

Y te ves descansando en aquel sillón, te ves respirando el viento húmedo del verano que entra por la ventana, te ves intentando aprehender el momento, las paredes, las ventanas, aunque estas no se dejen aprehender totalmente.

Hay fragmentos evocados, en cada esquina de esa pequeña sala que se comunica con las escaleras, la mesa, los cristales, las vajillas, los cuadros y retratos.

Creo que cuando realmente se quiere, cuando se piensa de verdad, somos capaces de impregnar algo nuestro en las paredes, en el edificio, en el espacio. Algo duradero, que puede ser recolectado por otros o por ti mismo en momentos futuros.

Como un perfume que se desvanece muy lentamente, como el aroma de los árboles frutales perenes.

Y cuando alguien parte, está todavía ahí, en los objetos.

Cuando partes, estás todavía en…

No es necesario inventar los viajes en el tiempo.

Cielo

Cielo del sur, con cúmulos nimbos gigantes, alturas de vapores radiantes,

filtran todo un verano y se decantan en lluvias torrenciales,

En Hanoi, en Luanda, en Goiás, en tu ombligo

En el sur, se precipitan gatos, perros, estaciones completas en segundos

Se cargan las nubes con grises de diferentes ocres

Al eco de truenos y destellos de relámpagos

Levitan nubes naranjas, violetas, amarilláceas, rojáceas de sangre

Atardeceres que revelan las entrañas del cielo

En rayos solares que iluminan spots, catedrales celestiales proyectadas en la tierra

De vez en cuando, un arcoíris irrumpe el atardecer

Corta las nubes y luego envuelve determinadas calles

Suelos encharcados con grietas y hierba por doquier

Cruz del sur, constelación meridional,

Cinturón de Orión, te echaré de menos

Bóveda celeste de la región menos poblada y aislada del planeta

Hemisferio de la creación y de la perdición

Como decía Piazzola, volveré al sur, como se vuelve siempre al amor

Llevo el Sur, como un destino del corazón, soy del Sur

Sur

Mi norte con tejidos de sures, mis sures desnorteados

Sures sureños que rechazan surismos (orientalismos baratos) del norte global

Nortes que se desvanecen y miran hacia el sur

Sures que intentan ser nortes

El compás del yo está en constante oscilación

Apunta hacia donde hay nubes, cielos y atardeceres por contemplar

Fuerzas por sacar, trayectorias por rellenar

¿Hacia dónde va? Nadie lo sabe

[Texto interrumpido mientras policías nacionales a la paisana buscan sin papeles y extranjeros sospechosos en la estación de buses, seleccionan un chaval magrebí sentado en un banco y a mí]

[Necesitan saber quién soy, verificar mi identidad]

[¿Qué quién soy? Suelto una sonrisa irónica]

Noche sureña