FISURAS

I.

¿Y si todo lo que sueño es dorado?

como penumbras que se iluminan,

gramíneas radiantes

y girasoles cantantes

No recuerdo haber visto el ocaso

ni la llegada del remolino.

Apenas soy la mañana

repleta de brío.

II.

Tras la hecatombe sobraron ruinas

edificios de rodillas

las vértebras de una civilización

y destellos de hierbas

Se quedaron los molinos

esperando a un Quijote despierto

en tiempos obtusos que dilaceran y crujen.

Las montañas son testigos de una aventura desvariada

mientras los árboles juzgan

los resquicios del valle,

el devenir de los arbustos,

la transmigración de las nubes.

Mientras tanto, ellos se reparten los restos

devorando mil manos y hierbas.

Inmunes a cualquier concordia,

celando su pírrica victoria.

Mal saben ellos que otros llegarán

y en las cenizas del valle

derrocharán las migas de la última historia.

I.

Como espectros sutiles

en cada fachada,

las sombras intermitentes

dibujan bifurcaciones

En el castillo más fuerte

Incluso la grieta en miniatura,

la microscópica fisura

son dinamita y explosión si perduran.

Por eso, uno recibe un resplandecer en sus grietas

cuando renace, cuando se deshace.