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EPIFANÍA ZORROZAURRE

  • mirandaraziel
  • Sep 24, 2023
  • 3 min read

Updated: Nov 5, 2023

Brillo primero


Un par de pájaros dibujan líneas

en el papel celeste azulado

es tarde de domingo.

El atardecer de los atardeceres.


Cogido por un gancho de ropa invisible

ensayo pasos errantes cerca al río

en los confines del mundo

en los límites de uno mismo

lo he buscado

¿el qué?


El sol que brilla eternamente

aunque se esconda en el horizonte

enana blanca en la oscuridad

gigante rojo de voluptuosidad.


Inagotable fuente de energía soy

con una vitalidad que irrumpe aurora

hasta que el tiempo se detenga

y me arrastre por exceso de vida,

hasta que el tiempo se detenga

y sucumba a su propia marcha.


Porque hoy soy brillo absoluto

pero mañana, quien sabe,

acabaré en fragmentos

auto cumpliendo la profecía,

me convertiré

en la expresión máxima

de la entropía





Beso segundo


Fulgir antesala la precita

Contenida en la mirada cruzada

Intento no pensar

En esas curvas, esas líneas


Que se desparraman en la arena

Piel con sal, polvo de estrellas


Además, hay un montón de mosquitos

Que se confrontan en mis valles

Topografía diminuta de esos pies que

penden, donde el mundo

se cuelga y se mantiene en vilo


Ahora entiendo que no se entrometan

Esos versos sueltos Parnasianos


Casi Lunes el mejor día de salinidad

Un perro dormitando carga martes


Cada vez que te acercas

Es como el fuego fatuo azul

Ardiendo como un arbusto

Simétrico anuncio de lo que fue


Viene a pasos y contra gotas

Caminando errante en un sendero de helechos


Otra vez el sol a punto de partir

Dispuesto en un rastro que va hacia el infinito

Las sombras crecen como la marea

Cubren las avenidas sin fin

Colosales pirámides del estrecho


Como una lengua de agua

El océano besa la tierra a la francesa

Mojando con su punta húmeda

los bosques, las llanuras, las orillas,

se arremete apasionadamente contra el río.


Aplazando frente a frente dos mares

uno dulce, otro salado

entre las lágrimas de la tierra y la esperanza del océano

las sombras galopan mientras la luz desaparece


Estoy caminando por tu vientre

mis dedos tocan tu cuello

alzo vuelos finales con los pájaros

confundo mis alas con los últimos rayos solares

difuminadas por las nubes que escalan montañas


Catedrales verdes se rompen sobre el suelo

cristales de eras pasadas

expuestas en ese gran beso

recibiendo el último destello

la muerte del día

es despertar de la noche.





ree

Talleres de Zorrozaurre, Ría de Bilbao. Acuarela y acrílico.






Bruma tercera


Líneas lumínicas últimas que se cuelgan desde el horizonte

la galerna está a punto de llegar

desplomando la temperatura

aumentando el viento que descompasa las olas


Como la neblina de un llanto grave,

Ella nos trae la bruma de tierras lejanas

¿de dónde viene todo este aire,

esta brisa fresca que remueve mi pelo?


Se lleva un poco de mi para desperdigarlo por otras tierras

otros valles

otras orillas


Entre un acuático atardecer

al lado de la fábrica

y te contemplo a ti, solo a ti

taller abandonado que resiste a mis años

en esta ciudad


Postrado en una isla en medio de la urbe

grietas expuestas al río

ventanas colgadas del ayer

de tiempo de embarcaderos

de mi llegada

de mis trayectos tempranos en esta constelación

¿Seguirás aquí cuando me vaya,

o cuando me quede?

¿Seguirás siendo como un faro vital?


Te ovaciono y visito como un peregrino.

Nadie te santifica ni adora

pero yo te veo en tus entrañas

en tus murmurios sobre el agua

en tu lengua invisible que hace ecos

que rebotan en los barrios circundantes.


Repartes las últimas luces de este mes, de esta tarde

te quedas flotando en el tiempo

incólume

mientras las plantas te devoran

eres fuerte y a la vez frágil

espina dorsal de un esqueleto sin pies


Descomponiéndose a cada minuto

pero marcando el tiempo de este ser diminuto

dictando la forma de mis días

la circunferencia de mis pensamientos

fertilizando mi imaginación

con mi mirada puesta en tus desechos


Yace en mí la aventura del último siglo,

consolando los peces que se avecinan,

columpiando en el abismo obsceno

de esta escaramuza escondida,

olas me llevan y me contraen

en una órbita cuadrada

que se proyecta hacia el límite del cielo,

hacia la nadedad del lago.


Allí en el fondo del valle donde fragmentos

habitan mis recuerdos

y de noche regresan a trabajar

en tus talleres traspechos

de esta melodía sin fin.


Que no ase atardecer acabado

mal herido columtado

recibe acuoso vpneumbres rayos

del cielo soleadao ébano

en el borde delmdanñana

se luestan arboles grisverdes

ser nube sin pensamientos

voltenado la puerta, el planeta

gira como bicilcleta devolverla

que sino multa ves des ospuerta

mar tiezo en la ría

a carcajads con calambres

útlimax foencias arquitectas

submersas, casi olvidads.


ahora sí vino la galerna

me cubre me destroza me lleva

me ata, vuelo reposo

auilo los brazos, cuidado so zoa

historias sin fxn ni anssia

saconstar se n ysolo em cscra

al final loh aumqe esté viajando

no olvidaba


pero que chuzetha

come plan abierto, istas vei no

estou cansado de

preseguir hrzontes, terdeceres

de ser una nñumero de lo que ni séi

de quien serei en el túnel de vidrio

de lxas heddadehs humanas

y ls caprichthos mundhanoos


lla desan niebla se apoder de tod

si el se fu e

ñ per no n o qiero irme

qhue fhagoa?

too dd tiem u j limite

no puedo sobrparm

vinentto sopl are acém mis tuernes

asiton hay iasn de hueoso s

s er pujhas polvo a h oi

a ude dotr diios


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